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Historia y Arte
LA EUROPA DEL BARROCO
Manifestaciones artísticas - 13ª parte
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El arte barroco español (continuación)
La pintura
in duda alguna, fue en la pintura donde el arte barroco español alcanzó sus máximos logros y la que dio lugar a una de las más geniales figuras de la historia del arte de todos los tiempos: Velázquez.
Como sucedió con las demás artes, también la pintura encontró en España unas condiciones propias que la diferencian de otros países europeos. Desde luego, la fuerza del catolicismo actuó, como en el caso de la escultura, limitando la temática a un predominio de lo religioso. La falta de una burguesía desarrollada hizo que la clientela de la producción pictórica fuera el clero y la corte, lo que supuso que no aparecieran temas como el paisaje, la vida cotidiana e incluso que el bodegón fuera mucho menos frecuente que en países como Holanda.
Aunque la pintura española del siglo XVII tuvo como constante el realismo (a veces la tendencia naturalista), a lo largo del siglo se pueden establecer dos periodos en función de la presencia tenebrista. El tenebrismo, iniciado por Caravaggio, fue una fórmula que tuvo una fuerte incidencia entre los pintores españoles, por lo bien que se ajustaba al espíritu austero y religioso de la sociedad española. Por ello, durante la primera mitad del siglo, prácticamente todos los pintores pasaron por una etapa tenebrista, e incluso algunos nunca salieron de ella, hasta que, poco a poco se fue imponiendo, a través de la influencia de Rubens y de la pintura flamenca, un nuevo estilo de pintar más colorista, alegre y dinámico.
Esta nueva tendencia pictórica vino a coincidir, curiosamente, con una etapa política en la que la anunciada decadencia del poderío español, era ya un hecho consumado, por ello, si el Barroco tenía mucho de artificioso y teatral, en esta época cumplió perfectamente con esa misión de ocultar la realidad, para lo cual, desde luego, el tenebrismo no hubiera sido tan útil.
La pintura barroca española irradia de dos focos principales: Sevilla y Madrid. No obstante, los dos primeros representantes de interés, Ribalta y Ribera, fueron levantinos.
Francisco Ribalta (1564-1628) que no practicó el tenebrismo hasta muy tarde, marcó la evolución hacia el realismo naturalista tan característico del barroco español.
José Ribera (1591-1652), conocido como "El Españoleto", pues trabajó en Italia, desde muy joven desarrolló una obra naturalista-tenebrista en la que destaca el uso de la luz sobre los cuerpos atormentados de sus mártires (Martirio de San Bartolomé).
El Martirio de San Bartolomé, de José
Ribera
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